El Centro Brennan ha publicado proyecciones de la redistribución del Congreso tras el censo de 2030. El Centro Brennan prevé que Florida y Texas sean los grandes ganadores, con cuatro (¡!) escaños cada uno. Arizona, Idaho, Carolina del Norte y Utah ganan un escaño cada uno. California pierde cuatro escaños y Nueva York dos. Illinois, Minnesota, Oregón, Pensilvania, Rhode Island y Wisconsin pierden un escaño cada uno.
Doce escaños del Congreso y los votos del colegio electoral cambiando de manos, si llega a suceder, no será poca cosa. Los partidistas no deberían entusiasmarse demasiado todavía, ya que es muy posible que lo que constituye un "estado indeciso" cambie de aquí a 2032. Sin embargo, desde el punto de vista de la situación a finales de 2024, estas proyecciones parecen ampliamente favorables a los republicanos.
Parte de la historia refleja el ascenso a largo plazo de Florida y el declive a largo plazo de Nueva York. El aumento de escaños en Florida y la pérdida de escaños en Nueva York representan la aceleración de una tendencia que dura ya un siglo. El siguiente gráfico utiliza las estimaciones de Brennan para 2030 y muestra el número real de escaños en el Congreso para Florida y Nueva York en el periodo de 1930 a 2030.
No es terriblemente difícil discernir las tendencias aquí, ya que Nueva York tenía nueve veces más escaños en el Congreso que Florida en 1930, pero se prevé que tenga ocho escaños menos que Florida después de 2030. Entre 2000 y 2010, Nueva York aún tenía una ventaja de 29 a 25 escaños en el Congreso, y ambos estados empataron a 27 en el periodo 2010-2020. Si se cumplen las proyecciones de Brennan, Florida habrá ganado cinco escaños desde el censo de 2010, mientras que Nueva York habrá perdido tres.
En estas tendencias intervienen muchos factores: el tiempo, el clima empresarial, los precios de la vivienda, los impuestos, etc. La pérdida prevista de cuatro escaños en California parece indicar que los factores relacionados con la política pueden desbordar, y de hecho lo han hecho, incluso el clima más favorable.
En el caso de Nueva York y Florida, Florida tiene un sistema educativo K-12 que produce en muchos aspectos mejores resultados por una fracción del coste. En aras de la brevedad, no lo demostraré aquí, pero no dude en visitar el explorador de datos NAEP si se siente escéptico. Los neoyorquinos no sólo han sido superados por Florida, sino que los contribuyentes deben pagar una factura por alumno casi tres veces superior a la de Florida.
Soportar la mayor presión fiscal estatal y local del país es voluntario; se puede evitar, por ejemplo, mudándose a Florida. Las encuestas indican además que más del cuádruple de padres desean matricular a sus hijos en un colegio privado que de los que lo consiguen (42% que lo desean, 10% que lo practican). Florida ofrece facilidades a las familias que desean asistir a colegios privados. El estado también proporciona un sistema escolar público más eficaz y eficiente para quienes no lo hacen.
Es posible que esta tendencia centenaria no se invierta, sino que se acelere.